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Conocer a alguien es más que saber describirlo físicamente a la perfección ya que saber hacerlo significa que conoces muy bien como se ve esa persona, pero no necesariamente que sabes quién es. Conocer a alguien es saber lo que apasiona a esa persona, que le molesta y que no le importa. Saber qué hacer cuando se encuentra en problemas y poder decir sin estar mintiendo que esa persona es o no es como uno dice.


Te conozco porque sé que te encanta la fotografía, Bebe y quedar los viernes conmigo, aunque algunas veces no puedas porque tienes banda. Sé que estás confundida por dentro porque tienes ganas de que alguien te quiera, pero no sabes quien. Que te acuestas muy pronto y que tienes una de las sonrisas más honestas de esta tierra. Sé que te deprimes de vez en cuando y que te es facil llorar, aunque te gusta poner cara de chica fuerte cuando las cosas están difíciles, que te gusta escuchar pero más que nada ser escuchada. Sé que a veces (osea, siempre) me haces sentir bien conmigo misma, y que aunque la vida te haya abatido demasiadas veces siempre te levantas. Estoy segura de que te conozco muy muy bien y de que a pesar de todo lo que ha acontecido si confías en mí. Sé que aunque tengamos altos y bajos  me quieres (pero yo más). Te conozco porque también sé que no te aburres fácilmente de las cosas. Conozco esa etapa tuya que nos hace malgastar minutos y minutos en el teléfono por hablar la una con la otra. Conozco de cerca tu pasión más profunda y la verdad que esconden esos ojos y la ternura de una caricia. Entiendo ese interior que parece gritar en busca de libertad y esa conciencia propia que tanto admiro en ti. Esa voz que dice mi nombre de vez en cuando y hace saltar mi corazón de alegría. Sé que sentí el más profundo cariño en cuanto te conocí, sé que eres inolvidable y dejaste una marca en mi corazón por siempre. Sé que eres como mi hermana y esa luz que algún día iluminó mi vida. Sé que te conozco, y jamás me arrepentiré de haberlo hecho porque supe quererte como te quiero.