domingo, 24 de abril de 2011

Si el mundo está roto tu carcajada me pone en pie


Y con sólo recordar los momentos que pasamos juntos en nuestro lugar secreto sin decirnos nada me valen para sonreir. Cuando nos miramos a los ojos, y noto como tu mano acariciaba mi espalda. Y la forma en que me rozas la mejilla cuando me siento a tu lado e imaginamos el futuro. Y ahora, reirme a carcajadas cuando me agarras y me matas a cosquillas, por que solamente quieres verme sonreir. Dormir juntos pero separados cada noche, cerrar los ojos y pensar que dentro de unos años estaremos juntos, siempre. Morirme al llegar el fin de semana y no poder quedar contigo. Y cuando lloré al oir una simple canción y me di cuenta, yo solita, que la vida que tenía no era la que siempre había soñado. Mirar ahora a mi alrededor, verte, y saber que ahora sí es lo que soñé. Notar como me mira cuando estoy distraída. Oirte imitarme, reirme contigo y de ti. Cómo te arreglas el pelo y sentirme orgullosa de que te ves bien. Tu forma de levantarte y mirarme, y decirme a centimetros de mi boca: Te quiero muchísimo, Esther, de verdad. Salir nerviosa de casa cada viernes y sábado a las cinco y cuarto porque sé que estarás ahí abajo, esperándome. Que me hagas sentir guapa hasta cuando no lo estoy. Tu forma de rascarte la barbilla y después te me quedes mirando. Escucharte cantar sin que te des cuenta, enamorarme con tu voz, y pensar que es la voz más bonita del mundo. Tu manera de mirarme a los ojos. Y cómo me abrazas y me haces sentir tan pequeña a tu lado. Tu manera de saber que mi vida sin ti no sería igual.

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